Los pueblos indígenas de toda América – incluidos las tribus de Norteamérica, los mayas, aztecas e incas – vivían la sexualidad de una forma muy natural. A través del sexo se unían a las fuerzas de la tierra y del cielo.
La "rueda medicinal" fue un símbolo de la vida, la muerte y la renovación en estas culturas precolombinas, así como para los antiguos celtas de Europa. Se le consideró una poderosa herramienta de sanación, capaz de conectarnos con lo infinito y lo eterno, liberándonos de nuestras heridas, traumas, creencias limitantes y miedos personales.
Fuente original: Ritual ancestral para un sexo más apasionado.
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